"El Pombero es uno de los genios de la naturaleza más
difundidos en la región guaranítica. También ha variado diversificándose la
creencia popular que lo explica y la concibe. La más antigua noticia que
tenemos del Pombero es la del genio protector de los pájaros en la selva, que
se presentaba a los niños cazadores como un hombre muy alto y delgado."
"Las versiones modernas, en general, lo dan como a un
hombre bajo y retacón que puede perjudicar, pero que puede hacerse amigo de los
campesino que le ofrecen tabaco y algún alimento, y en ese caso les hace grandes
servicios."
"Es común a la tradición popular del Paraguay. Su
nombre guaraní es Cuarahú-Yara; la traducción de este nombre es Dueño del Sol,
común en la Argentina, como sinónimo de Pombero." (Extraido del libro de
Berta Vidal de Battini)
Jorge Martínez, por su parte señala que "En la sociedad
paraguaya y guaraní, el Pombero tiene una significación mayor: él es el
responsable del nacimiento de los niños extramatrimoniales, visto desde el lado
"occidental". El relato de cualquier paraguayo es que el Pombero
llega de noche a la casa donde existen mujeres solas, y que si ellas no les dan
un cigarrillo y un poco de vino, con sólo tocarles el vientre las embarazan. Es
por eso que en una canción popular, como es María va, se dice Temor pombero,
cual madre espero... "
"Lo cierto es que además, dicho mito, sigue en este año
2000, existiendo y no sólo entre la gente sin estudios, sino incluso entre
estudiantes universitarios a los que he analizado. "
"Hace menos de un mes, a uno de ellos le referí la
historia del Pombero como un mito, y se ofendió, diciéndome que él mismo lo
había visto y que así como embaraza a las mujeres, con los hombres puede ser un
juerguista insoportable o un aliado valioso, tanto en las cosechas como en sus
propias relaciones con las mujeres. La sensación que me transmitió del Pombero
fue tan vívida, que por poco me lo creí."
"Creo que un error que a veces podemos cometer es
pensar en los mitos como en algo que pasó, no como algo viviente, que hoy en
día sigue sustentándose a partir de experiencias como las que acabo de
relatar."
"Si bien mi conocimiento del Pombero, comenzó hace casi
20 años a través de una empleada doméstica paraguaya, cuando me fui internando
en la cultura de ese país por otros fines (el estudio de la esposa -o amante,
como quiera decirse- del Mariscal Francisco Solano López, Lady Elisa Linch),
descubrí que tiene una presencia casi tan importante como el Espíritu Santo
dentro de la mitología católica."
Con la colaboración de:
Jorge Alberto Martínez
Otra versión del Pombero
Pombero es un duende antropomorfo, un hombre, feo, más bien
bajo, fornido, retacón, moreno, con manos y pies velludos, cuyas pisadas no se
sienten, talvez un indio Guaikurú. Lo describen también andrajoso, cubierto con
sombrero de paja y con una bolsa al hombro (confusión con Kari-Vosá). Habita en
el bosque o en casas o rozados abandonados, en taperas. Anda de noche, viajando
por todas partes.
Tiene habilidades tales como mimetizarse con facilidad,
hacerse invisible cuando quiere y hacerse sentir por un toque, con sus manos
velludas, que producen pirî (escalofrío); puede deslizarse por los espacios más
estrechos, pasar por el ojo de una cerradura, correr de cuatro patas, imitar el
canto de las aves, especialmente las nocturnas, el silbido de los hombres y de
las víboras, el grito de animales, aullidos, el piar de los pollitos, etc. Lo
describen, también, como ventrílocuo.
Tiene ocurrencias y es travieso; suelta los animales del
corral o dispersa tropas o manadas de animales salvajes o domésticos; roba
tabaco del perchel, desparrama el maíz amontonado y el popî (mandioca mondada),
roba miel, gallinas, huevos, echa del caballo al jinete andante, asusta a la
cabalgadura.
Es sensual. Despierta a las mujeres con el suave roce o
caricia de sus manos velludas, especialmente a las que duerman afuera en las
noches de verano. A veces las posee, y se cuenta de mujeres embarazadas por el
Pombero, cuyo hijo nace muy parecido a éste. Se cuenta, también, de jóvenes
raptadas por Pombero, que después de saciarse en ellas, las deja sueltas, a
veces embarazadas.
Para granjearse su amistad o simpatía, su buena voluntad,
hay que hacerle regalos. La gente suele dejarle un poco de tabaco, miel u otras
ofrendas, como una botella de caña, etc., en lugar accesible, en un sobrado,
sobre algún apyka (banco o silleta), en el okupe (atrás de la casa), cerca del
rancho, pronunciando una corta oración, rogándole no cometa más fechorías.
Ganando su simpatía, el Pombero cuida de la casa del que le regaló, de sus
animales, de sus cosas y hasta se dice que retribuye atenciones, apareciendo en
la casa frutas, huevos, etc.
Si se habla mal de él o no se le hace regalos puede vengarse
persiguiendo a las moradores de la casa; asusta al que habla mal de él o
mediante un simple toque le deja con ataques o mudo (ñe'engu) o zonzo (tavy) o
tembleque (marachachâ). Nuestra gente [gram: la gente paraguaya] se guarda muy
bien de pronunciar el nombre del Pombero, particularmente en las reuniones
nocturnas, y a él se refieren como Karai-pyhare, "el señor de la
noche", porque puede aparecer cuando se lo nombra, como acudiendo a un
llamado.
Fuente:
Diccionario de Mitos y Leyendas - Equipo NAyA