martes, 6 de agosto de 2019

La Leyenda Del Colibrí – Leyenda Guaraní

Desde hace tiempo, los más viejos de la tribu cuentan la trágica historia del amor de dos jóvenes.

La bella Flor, morena, esbelta y de grandes ojos negros, estaba enamorada de Ágil, un joven inquieto, apasionado, juntos solían pasear al atardecer por un bosquecillo cercano, a la orilla de un arroyo impetuoso y juguetón. Pero como los enamorados pertenecían a dos tribus enemigas, se veían poco, pues debían mantener su amor en secreto.

Un día, sucedió lo que tanto temían: unos familiares de la joven descubrieron el romance y lo comentaron al jefe de la tribu. Desde esa tarde, Flor tuvo prohibido volver al lugar de los encuentros.

Pasaron los días. Una y otra vez, Ágil la buscó sin hallarla en la penumbra suave y tibia del bosque hasta que la Luna, apenada por su dolor, le contó lo que había sucedido y agregó:
–Ayer he visto otra vez a Flor, muy angustiada, lloraba amargamente pues está desesperada.
Quieren que se case con un hombre de su tribu y ella se ha negado. El dios Tupá escuchó su lamento y se apiadó de su dolor, mi amigo el Viento me contó que Tupá la transformó en una flor.
–¿En una flor? Dime, ¿en qué clase de flor? ¿Cómo puedo encontrarla?
–¡Ay, amigo! No puedo decírtelo porque no lo sé… –respondió la Luna.
El muchacho palideció y solicitó la ayuda de su dios:
–¡Tupá, tengo que encontrarla! Sé que en los pétalos de Flor reconoceré el sabor de sus besos. ¡Ayúdame a dar con ella!

Ante el asombro de la Luna, el cuerpo de Ágil fue disminuyendo cada vez más. Se hizo pequeño, pequeño, hasta quedar convertido en un pájaro delicado y frágil de muchos colores, que salió volando rápidamente.

Era un colibrí.

Desde entonces, el novio triste pasa sus días recorriendo las ramas floridas y besa apresuradamente los labios de las flores, buscando una, sólo una.

Desde hace tiempo, los más viejos de la tribu cuentan también que todavía no la ha encontrado…


Fuente: Piruja55 (Blog)

viernes, 10 de mayo de 2019

Leyenda de Ñanduti (Paraguay)






Se dice que hace mucho tiempo existió una hermosa mujer de nombre Samimbi, por la cual los guerreros Yasyñemoñare (Hijo de la luna) y Ñanduguazú (Ñandu) se disputaban su amor.


Una noche, Yasyñemoñare se encontraba pidiéndole al dios Tupa que le ayudara a ganarse el corazón de la joven, cuando miró hacia el horizonte y observó en una montaña un enorme árbol que tenía en lo alto una especie de encaje de color plateado, que con la luz de la luna resplandecía con una belleza sin igual. El enamorado pensó que sería un buen regalo para su amada, por lo que fue hasta el lugar y subió al árbol para bajarlo.

Por azahares del destino, justo en ese momento Ñanduguazú caminaba por el lugar y vio a su rival de amores subiendo a buscar el encaje de plata en lo alto del árbol. Furioso por los celos al pensar que se lo iba a regalar a Samimbi, decidió llevárselo y sin pensarlo dos veces, le clavó una flecha a Yasyñemoñare, quien murió al instante. El joven subió a tomar el encaje pero al intentar agarrarlo, el telar se rompió y solo le quedó en los dedos el tejido de una tela de araña.

Durante un tiempo Ñanduguazú fue poseído por un fuerte sentimiento de culpa, hasta que finalmente decidió contarle lo sucedido a su madre, quien le pidió que la llevase al lugar en que se encontraba ese telar. Cuando llegaron, pudieron ver que un encaje plateado exactamente igual al anterior se encontraba en lo alto del mismo árbol.

La madre quiso consolar a su hijo regalándole un tejido igual al que se encontraba enfrente de ellos, por lo que observó con mucha atención la ida y venida de las arañas mientras hilaban con tal perfección hasta lograr el encaje. La anciana cogió sus agujas de tejer y utilizando como hilo las hebras blancas de sus cabellos, comenzó a copiar los círculos y líneas que los arácnidos dibujaban, hasta reproducir aquel hermoso encaje plateado.






 Fuente:  Leyendapopular.com

lunes, 27 de marzo de 2017

Caú este agosto (*) de Luis Larraburu

Caú este agosto, caña con ruda, viento frío del Sur, invierno en retirada, sed de colores, lapachos florecidos… heladas que no volverán… y tu ausencia, dolor de siempre.
Caú este agosto, mate amargo, tabaco negro y tu recuerdo, herida abierta, y el silencio de tu nombre.
Caú este agosto, la soledad del invierno.
Caú este agosto, caña con ruda, horizontes de humo, campos incendiados, fulgores rojizos preludiando la siembra que reciclará la vida. Vientre de madre que me ha parido. Tierra roja reseca y resquebrajada. Los últimos fríos.
Y ese otro frío, el de tu ausencia… tan lejana.
Se va el invierno, caú este agosto… caú mis versos.

(*) CAÚ: (Guaraní) Borracho

 
Luis Larraburu
Escritor misionero nacido en Apóstoles y radicado en Posadas. es comandante retirado de la gendar­mería nacional argen­tina habiendo ejercido la docen­cia adhonorem en incipientes escuelas de la patagonia argentina. También ejerció la do­cencia en el ámbito rural de nues­tra provincia.
Fue presidente de la Sadem (Sociedad Argentina de Escrito­res filial Misiones) e integrante del grupo de escri­tores “Misiole­tras”, de posadas.
En la actualidad cuenta en su haber con 27 libros edita­dos, incursionando mayormente en la cuentís­tica regio­nal.
Sus libros fueron presentados en diversos centros cultu­ra­les del país y del exterior por invitación de las autoridades culturales pertinentes.
Su obra fue homenajeada por el honorable Con­greso de la Nación Argentina en un acto público organi­zado a tales efectos.
Colabora de manera permanente con escuelas y entida­des culturales de nuestra provincia diser­tando sobre temas literarios acompañando al Biblio­movil de la Biblio­teca Pública de las Misiones y tam­bién a modo parti­cular con el aval moral y el reconocimiento del Rotary Club Posadas Villa Ur­quiza.(Fuente: Misiones Cultural)

Pintura: Borracho de Francisco Hoil Torres

lunes, 20 de marzo de 2017

"El Mamboretá", bello chamamé para los chicos




Las aventuras de un mamboretá en un entretenido chamamé para los más pequeños, en donde los santafecinos de Canticuénticos enseñan con su obra parte de la rica fauna Misionera y regional con los nombres de los animales en el dulce idioma guaraní.








viernes, 17 de marzo de 2017

"Tristeza" del Chango Spasiuk




Horacio Eugenio Spasiuk (Apóstoles, Argentina, 23 de septiembre de 1968), conocido como Chango Spasiuk, es un compositor y acordeonista argentino de chamamé. El Chango tuvo una fuerte influencia de la música polka en sus primeros años. La influencia de la música de Europa del Este está presente al día de hoy en el chamamé de la región. Tuvo su primer acordeón a los 12 años, con el que tocaba en fiestas, casamientos y otros eventos junto a su padre y un tío.

 Fuente: Wikipedia

viernes, 17 de abril de 2015

La leyenda del "Camba Bolsa", los niños y su cuco de la siesta misionera



Esta historia era muy utilizada por las madres misioneras, como amenaza si no se duermen, se niegan a comer, desobedecen las órdenes de los mayores, exploran lugares marcados como prohibidos, se entregan a vicios solitarios o andan fuera de casa a deshora .
Cuenta la leyenda que el Camba Bolsa (negro de la bolsa), es un hombre alto y delgado con tez apesadumbrada, desagradable, desprolijo, sucio y encorvado, arrastra su pierna izquierda al caminar,  recorre el poblado asustando a los niños y posee una enorme bolsa, donde va recolectando criaturas, que andan solos a la siesta.
Muchas veces Camba Bolsa, se lleva los chicos al monte y los abandona, bien lejos de su casa, para que no sepan como volver a sus hogares y se lo coman las bestias salvajes de la selva. En otras ocasiones los regresa después de algún tiempo, flacos y medios tontos, pero les enseña una lección: "No desobedecer a sus padres andando solos por ahí".

martes, 14 de abril de 2015

Cuando en Posadas se escuchaba rock de la mano de La Corte del Sr. Manga

Allá por los principios del 92, llegaba de Buenos Aires a conocer un nuevo destino en mi vida que luego de tanto tiempo ya tomé como propio. Posadas por entonces era (y en algunas cosas hoy día también) una ciudad en crecimiento demográfico pero con mucho de pueblo. Por entonces me llamó la atención una banda de rock (junto a otras) que le daba a los jóvenes de la provincia un aire nuevo y distinto. El rock se instalaba de la mano de La Corte Del Señor Manga, en donde Japo Fleitas, Nono Freaza, Pablo Chas y Polaco Marosek contribuyeron con arte y sus talentos  para decir al resto de la región y del país que en Misiones también se puede hacer este estilo musical de la mejor manera.