Esta historia era muy utilizada por las madres misioneras,
como amenaza si no se duermen, se niegan a comer, desobedecen las órdenes de
los mayores, exploran lugares marcados como prohibidos, se entregan a vicios
solitarios o andan fuera de casa a deshora .
Cuenta la leyenda que el Camba Bolsa (negro de la bolsa), es
un hombre alto y delgado con tez apesadumbrada, desagradable, desprolijo, sucio
y encorvado, arrastra su pierna izquierda al caminar, recorre el poblado asustando a los niños y
posee una enorme bolsa, donde va recolectando criaturas, que andan solos a la
siesta.
Muchas veces Camba Bolsa, se lleva los chicos al monte y los
abandona, bien lejos de su casa, para que no sepan como volver a sus hogares y
se lo coman las bestias salvajes de la selva. En otras ocasiones los regresa
después de algún tiempo, flacos y medios tontos, pero les enseña una lección: "No desobedecer a sus padres andando solos por ahí".