En el tribu vivía una mujer extraordinariamente bella,
Kerana (dormilona), que pasaba los días durmiendo. Era la hija de Marangatu.
Tau, el espiritu malo, se enamoró de ella. Se transformó en un jóven y intentó
raptarla, pero Angatupry, el espíritu del bien, intervino para defenderla.
Pelearon por siete días y noches, y Angatupyry venció a Tau. Fue exiliado por
Pytajova'i, el diós del valor y de la guerra, quien llevaba dentro de sí el
fuego de la destrucción.
Tau rapta a Keraná. Arasy lo maldice, y procrean siete hijos
sietemesinos monstruosos o fenómenos. Es el origen de los mitos y leyendas que
conocemos.
1.Tejú-Jaguá (lagarto/iguana-jaguar) (o Jaguarú): Es un gran
lagarto con cabezas de perro. Dominador de las cavernas y protector de las
frutas.
2.Mbói-Tu'î (víbora-loro): una enorme serpiente con pico de
loro. Sus dominios eran los grandes esteros. Fue protector de animales
acuáticos y anfibios, del rocío, de la humedad, y de las flores.
3.Moñái: dios del campo, del aire, y de los pájaros.
Protector de los robos y picardías. Era aficionado a robar y acumular el fruto
de sus robos en una gruta del cerro Yvytykuápe, hoy llamado cerro Kavaju, en
Atyrá. Fue quemado por Avare Tume en la gruta que desde entonces se llama
Moñái-kué, cerca de Jaguarón, con sus seis hermanos y con Porasy, que se
sacrificó para salvar a su pueblo del dominio de los siete hermanos monstruos
maléficos.
4.Jasy-Jateré (fragmento de la luna): hombrecillo de
cabellos dorados, señor de las sietas, poseedor de una varilla mágica que le
hacía invisible. Protector de las abejas y del ka'a-ruvichá o yerba hechicera.
Extraviaba a los niños para llevarlos a su hermano Aó-Aó, que era caníbal.
5.Kurupí con un enorme miembro viril, largo como un lazo.
Espíritu de la fecundidad, señor de las selvas y de los animales silvestres.
Secuestraba a niños y mujeres.
6.Aó-Aó espíritu de la fecundidad, dejó mucha descendencia.
Era caníbal y considerado el señor de los cerros y montañas.
7.Luisón o Huichó, hombre de la noche y compañero de la
muerte. Sus dominios eran los cementerios. Vivía de la carne de difuntos. Era
feo, de cabellos largos y sucios, con una palidez mortal y olor fétido. Causaba
repugnancia y terror.
Fuente:
Diccionario de Mitos y Leyendas - Equipo NAyA
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